viernes, 5 de octubre de 2007

Música y cine V/ Qué mundo maravilloso


Es una de mis canciones favoritas. No sólo del cine, sino que recurro asiduamente al CD de Louis Armstrong que tengo en casa para escucharla. Se trata de "Qué mundo maravilloso" o "What a wonderful world", como se prefiera. El tema, precioso de por sí y engalanado con la voz cascada de quien fuera uno de los más grandes trompetistas de la historia, sirvió para musicalizar una muy buena secuencia de montaje de "Buenos días Vietnam". La película, interpretada por Robin Williams, muestra algunos "deslices" ideológicos tan comunes a los estadounidenses, pero igualmente me pareció muy buena.


La ironía de la canción en contraposición con las imágenes que se muestran funciona a la perfección y es uno de los momentos más logrados del filme. Igualmente, no viene al caso aquí ahondar en detalles de la película, estrenada hace tantos años (1987) que lejos está de merecer un abordaje en esta entrada. La idea es ver la secuencia y disfrutarla. La idea es escuchar la música y disfrutarla. Un pedido de disculpas por el remate de la imagen en italiano de la voz de Williams, pero es lo que había. Paciencia...

El bonus de esta entrada se lo agradecemos a mi querido Martín Voogd (autor del blog amigo "Ese es el tema", entre otros) y tiene que ver con una demostración fantástica de un "hacedor de sombras chinas" (¿cómo se les dirá a los tipos que hacen estas cosas?) que él me mostró y yo reproduzco aquí. Im-per-di-ble...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué emoción me produjo! no solamente el tema sino verlo representado de esa manera por Martín Voodg, es una conjunción entre la escucha y la imagen en donde se recrea el fondo y la forma, los dos colores más opuestos, los dos colores que si uno los quiere ver están mostrados en la película de una "sutil" manera, dos maneras de ver las cosas simplemente que se armonizan de tal modo que acaban siendo una unión a partir de la cual es muy difícil separarse, (como a veces le sucede a una pareja). Excelente!!

Andrés dijo...

Las sombras chinescas, que en realidad no surgieron en China sino en la isla de Java hace unos 7 mil años, fueron una de las ideas inspiradoras de lo que luego fue el cine. En esencia se trata de lo mismo: proyectar imágenes animadas sobre un fondo (pared, lienzo, pantalla, lo que sea).

Un abrazo

Héctor Gavira dijo...

Hola, Tití... En primer lugar me alegra tu emoción. Coincido con ella porque el material lo vale. Segundo, te saco de una confusión que yo mismo creé, porque evidentemente no redacté del modo correcto la entrada. Quien hace las sombras chinas es un artista australiano llamado Raymond Crowe quien, además, es mago y prestidigitador. Martín Voogd (conocido por otras actividades manuales tales como arreglar tejas destartaladas) es un compañero de trabajo y quién me enseñó el material que yo subí al blog. Lamento la aclaración por Voogd, a quien ya habían llamado del club Defensores de Banfield para que haga un show de sombras. No sé si aprovechó la confusión o contó la verdad. Esta, Tití, es la historia...

Héctor Gavira dijo...

Andrés... Buen aporte. En realidad nunca lo había pensado pero es cierto, el principio es el mismo. Y en cuanto a lo de Java, no tenía ni idea.

... dijo...

Para contrataciones de sombras (soy de huesos grandes y humanidad generosa) dirigirse a esees.blogspot.com.Saludos.

PD: hago sombras a domicilio