En entradas anteriores hablé del guión cinematográfico focalizando el tema en el conflicto, base de toda película. Quienes siguen este blog (si es que alguien lo sigue) saben de qué estoy hablando. Quienes ingresen a él ahora por primera vez, podrán buscar en la lista de etiquetas en el ítem Guión aquellas entradas.
Me pregunto si el tema que quiero abordar hoy le interesará a un espectador común o quizás sólo a aquellos que tengan inquietudes acerca del guión, pero como esto no puedo saberlo... arriba los corazones. Y la cuestión que me ocupa es el falso conflicto. Dicho en otros términos, confundir un conflicto con una situación conflictiva. En el primero de los casos, como ya dijimos anteriormente, estamos hablando de enfrentamiento de fuerzas, de protagonista y antagonista. En el segundo, esta situación no existe. Y lo mejor para entenderlo, se me ocurre que es ejemplificando. Allá vamos...
Tenemos el caso de un matrimonio en el que un marido alcohólico y violento insulta, maltrata, golpea y abusa de su mujer de todas las formas imaginables. El no trabaja y quien sostiene la casa es ella, con su mísero sueldo de empleada doméstica. Como si con todo esto no bastara, el esposo también suele quitarle el dinero que ella gana para gastarlo en alcohol. Un auténtico drama, sin dudas, que tienta para dar pie a una historia cinematográfica. Sin embargo, como está planteada hasta aquí la historia, va camino al fracaso. ¿Por qué? Simple, hay una situación conflictiva, pero no hay conflicto.
Y es sencillo comprenderlo. En la escena 1 el hombre golpea a la mujer; en la escena 2 el hombre viola a la mujer; en la escena 3 el hombre le quita el dinero a la mujer; en la escena 4 el hombre destroza las fotos más queridas que atesoraba la mujer. Así, hasta el infinito. Un bodrio total. Para que esto no ocurra habrá que recurrir al enfrentamiento de fuerzas. Es decir que alguien deberá hacer algo para detener al esposo violento o ayudar a la esposa.
Podrá ser ella, que lo enfrentará o planeará matarlo mientras duerme. Podrá ser una amiga de ella que intentará ayudarla a escapar del infierno. Podrá ser un vecino comedido que hablará con el hombre para que cambie su actitud. Podrá ser algún otro vecino que guste de ella y vaya en su auxilio o bien otro que haga la denuncia policial. En fin... decenas de variantes. Pero sin esa oposición, sin ese antagonista, sin ese enfrentamiento de fuerzas, no hay guión que resista. Sería nada más que un círculo vicioso de violencia familiar.
Por último: ¿Qué hubiera sido de la película "Papillón", si el personaje de Steve McQueen se entregaba mansamente a cumplir su condena en la Isla del Diablo, siendo sometido una y otra vez a todo tipo de vejámenes, castigos e injusticias?
En la próxima entrada sobre guión, hablaremos de motivo, gestión y objetivo de los personajes, algo estrechamente ligado a todo lo que venimos tocando.
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1 comentario:
la verdad es ud un genio, le agradezco estas palabras. saludos. matutex
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